España es uno de los países del mundo en los que menos coches con cambio automático se venden. Mientras en Estados Unidos o Japón superan el 90% y 70%, aquí suponen una cifra insignificante, que ni siquiera está cuantificada. No se trata de una elección de los clientes, sino de un absoluto desconocimiento por parte del consumidor medio que, en muchos casos, ni siquiera sabe de su existencia.
El panorama cambia radicalmente si buscamos modelos de alta gama o miramos el catálogo de las marcas de lujo, donde todos y cada uno de los modelos tienen su versión de cambio automático.
¿Qué es el cambio automático?
Un mecanismo que ahorra la, para muchos conductores, engorrosa tarea de cambiar de marcha. La conducción es mucho más sencilla y cómoda. El coche sólo tiene dos pedales: el acelerador y el freno. El mecanismo y la electrónica que lo comanda se encargan de seleccionar y engranar la marcha adecuada.
Curiosamente, en España muchas personas piensan que el cambio automático está preparado para quienes muestran pocas habilidades en la conducción. Nada más lejos de la realidad. El reconocido experto del motor Paco Costas relata en su web la sorpresa que le produjo viajar en el coche particular del tres veces campeón del mundo de Fórmula1, Alain Prost: era de cambio automático. Con el tiempo pudo comprobar que la mayoría de los grandes pilotos profesionales hacían la misma elección para su conducción privada diaria.
¿Cuáles son sus ventajas?
Además de la evidente comodidad, el cambio automático favorece la atención a la carretera; como no se usan las manos para realizar los cambios de marcha, éstas permanecen constantemente sobre el volante.
El laboratorio Tecnun, del Campus Tecnológico de la Universidad de Navarra, cita otras:
- Imposibilidad de calar el coche en las arrancadas.
- Imposibilidad de deslizamiento del coche hacia atrás al arrancar en rampa.
- Imposibilidad de desgaste del embrague.
- Imposibilidad de equivocación de un cambio de marchas.
- Buenas recuperaciones.
- Confort: el conductor no tiene que modular la presión sobre el acelerador o la velocidad con la que suelta el embrague, basta con acelerar.
En los últimos años la tecnología ha mejorado sustancialmente los cambios automáticos. Jorge Calderón explica desde el concesionario BMW de Madrid el gran avance en consumos, suavidad y rapidez que ofrece este mecanismo. «Hace años, los coches automáticos consumían tres litros más de combustible que uno manual, pero hoy en día la diferencia se ha reducido a menos de uno», añade. También es más fiable y las averías en el mecanismo o la electrónica se dan en contadas ocasiones.
Tipos de cambios automáticos
Básicamente se pueden distinguir los analógicos, donde la palanca tiene una posición para cada marcha, el secuencial, en el que se cambia de marcha accionando la palanca ligeramente hacia delante o atrás y el de bloqueo, en el que basta con pulsar el botón de las marchas que se va a utilizar. La gestión inteligente de la centralita electrónica permite al cambio automático adaptarse al tipo de conducción realizado, ya sea normal, deportivo o tranquilo.
via www.consumer.es